domingo, 25 de noviembre de 2012

POESÍAS Y ALGO MAS

                          EL OTOÑO


EL OTOÑO ESTÁ MUY TRISTE
CON SU CHAQUETA MARRÓN.
NADIE SABE LOS MOTIVOS,
CUÁL ES SU PREOCUPACIÓN.
LOS ÁRBOLES LLORAN HOJAS
QUE AL SUELO LLEGAN LIVIANAS.
EL JARDÍN ES UNA ALFOMBRA
TAPIZANDO LAS MAÑANAS.
(JULIÁN ALONSO)



                                                                
          





 A la Mancha                                                          


Por allá a la tardecita
dentro del espacio azul
están jugando a la mancha
diez mil bichitos de luz.
Como va siendo de noche
todos llevan un farol
que apagan, para esconderse
como diciendo ¡ a mí no
 !Que encienden para mostrarse como gritando ¡ aquí estoy !
Por allá a la tardecita
dentro del espacio azul
están jugando a la mancha
diez mil bichitos de luz.
           

                                                                 Fernàn Silvia Valdez   








El taller de la señorita lluvia                              

Señorita lluvia
Quiero conocer
En las nubes negras
Su hermoso taller.
Señorita lluvia                              
¡Véngame a buscar!
Tras de las ventanas la voy a esperar
Qué gotas tan lindas
Sabe hacer usted…
Redondas… brillosas…
Que borran mi sed.
Gotas transparentes,
Vestidas de gris
¡Enséñeme a hacerlas!
¡Seré su aprendiz!
Señorita lluvia,
Déjeme pasar…
No tocaré nada
Yo quiero mirar…
Ah… me gusta verla
Trabajando así…
Sus brazos mojados
Regáleme a mí.
Señorita lluvia,
Toque, sea buena,
Su charango de agua
Que tan dulce suena.

                                                Elsa Borneman





















1 comentario:

  1. El puente de estrellas

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    En las orillas de la selva un gato perseguía cruelmente una mariposa. La maripo­sa voló sobre el río hasta llegar a una isla. Con la ayuda de la cor­riente del agua, el gato atravesó el río sobre un árbol seco. La maripo­sa revolo­teó por la isla y luego se mar­chó. El árbol seco se perdió en la cor­riente, y el gato, temeroso del agua, debió quedarse en la isla.

    Algunos días más tarde los animales del bosque buscaron al gato, y con sorpre­sa descubrieron que estaba en la isla. Para ocultar su miedo al agua, el gato dijo a sus amigos que quería explorar cuidadosamente la isla. Ellos lo es­cucharon poco con­vencidos y se fueron. Constantemente los ani­males se acer­caban a la orilla de la selva a preguntarle al gato si deseaba algo. Pero el gato respondía: "la isla es maravillosa. Gracias, me quedaré algún tiem­po".

    El invierno había llegado, y el agua estaba muy fría. El gato aparecía triste en la isla y sus amigos estaban preocupados. Un día muy frío de invierno era el cumpleaños del gato, los animales del bosque habían hecho una gran torta con una vela encendida, que acercaron tierna­mente a la orilla:

    -Feliz cumpleaños, querido gato. Te hicimos una torta, pero el agua está ahora casi helada y no podemos compartirla. Te fes­tejamos desde aquí.

    El gato emocionado agradecía desde la isla. Al llegar la noche, la luna y las estrel­las comenzaron a adornar el cielo, y en medio de los animales la torta per­manec­ía iluminada.

    La luz de la vela llamó la aten­ción de las estrellas y se preguntaban:

    -Qué es esa luz allí en el bosque? Se ha caído alguna estrella?

    Las estrellas del cielo em­pezaron a bajar a la tierra y se encontraron con los animales reunidos. Ellos explicaron el motivo de la torta encendida, que nadie comía. Las estrel­las iluminaron al gato, que permanecía desolado en la otra orilla. Enton­ces, las estrellas tuvieron una idea bril­lante. De una en una, en hilera con­struyeron un largo puente que unió la selva con la isla. Los animales camina­ron por el puente de estrellas y llevaron la torta lentamente. Los animales le dieron la torta al gato y le dijeron:

    -Piensa un deseo.

    Al soplar la vela el gato agradeci­do, deseó viva­mente volver a la selva con sus amigos y prometió no ser nunca más cruel con otros animales. Todos juntos comieron la sabrosa torta y festejaron alegremente. Los animales iban a partir, cuando el gato hizo rea­lidad su deseo:

    -Puedo partir con vosotros?

    Los animales, recor­dando el miedo y el orgullo del gato, exclamaron poco sorprendidos:

    -Sí, vamos ahora todos por el puente de estrel­las, y festejare­mos juntos las fiestas en el futu­ro!

    Y así es que el gato mira respetuoso a las mariposas y acom­paña agradecido a las estrellas en la noche

    FIN


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